Cuando nuestra autoestima está alta nos sentimos satisfechos y en paz con nosotros mismos, generando una reserva continua de energía que nos permite gestionar los asuntos de nuestra vida de una forma tranquila y segura aumentando la probabilidad de conseguir nuestros objetivos. El problema estriba en la manera en la que el cerebro asimila y procesa la información que, dependiendo de la estructura cerebral, afectará a una capacidad u otra. Pudiendo provocar así trastornos de aprendizaje.
También pueden influir otros factores tales como el estilo educativo de los padres, autoestima, planificación y gestión del tiempo de estudio, características de personalidad, características del centro educativo,…
Lo primero es realizar una exhaustiva evaluación diferencial y poner remedio al tipo de problema que presenta.